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Cómo ayudar a los hijos de “los residentes forasteros”

Cómo ayudar a los hijos de “los residentes forasteros”

“No tengo mayor causa de sentir agradecimiento que estas cosas: que oiga yo que mis hijos siguen andando en la verdad” (3 JUAN 4).

CANCIONES: 88, 41

1, 2. a) ¿A qué problema se enfrentan muchos hijos de inmigrantes? b) ¿Qué preguntas contestaremos en este artículo?

 “MIS padres eran inmigrantes, y desde pequeño yo hablaba su idioma en casa y en la congregación —cuenta Joshua—. Pero, cuando comencé a ir a la escuela, empezó a gustarme más hablar en el idioma local. Después de unos años, el cambio fue completo: no entendía las reuniones y no me identificaba con la cultura de mis padres”. Su caso no es infrecuente.

2 Más de 240 millones de personas no viven hoy en su país de origen. Si usted es inmigrante, ¿cómo puede asegurarse de que sus hijos tengan la mejor oportunidad de ser buenos cristianos que sigan “andando en la verdad”? (3 Juan 4). ¿Cómo pueden ayudar los demás?

PADRES, DEN UN BUEN EJEMPLO

3, 4. a) ¿Qué buen ejemplo pueden dar los padres a sus hijos? b) ¿Qué no deben esperar los padres que hagan sus hijos?

3 Padres, su ejemplo es decisivo para que sus hijos den los primeros pasos en el camino a la vida eterna. Cuando ellos los ven poner el Reino en primer lugar, aprenden a confiar en que Jehová les dará lo necesario todos los días (Mat. 6:33, 34). Lleven una vida sencilla. Sacrifiquen las cosas materiales a fin de obtener bendiciones espirituales, no al revés. Hagan lo posible para no endeudarse. Procuren conseguir un “tesoro en el cielo”, es decir, la aprobación de Jehová, y no riquezas o “la gloria de los hombres” (lea Marcos 10:21, 22; Juan 12:43).

4 Aunque estén muy ocupados, saquen tiempo para estar con sus hijos. Cuando ellos decidan poner en primer lugar a Jehová en vez del prestigio o el dinero, ya sea para sí mismos o para ustedes, díganles que se sienten orgullosos. La idea de que los hijos tienen la obligación de darles a sus padres una vida cómoda no es bíblica y debe rechazarse. Recuerden que “los hijos no deben ahorrar para los padres, sino los padres para los hijos” (2 Cor. 12:14).

PADRES, SUPEREN LA BARRERA DEL IDIOMA

5. ¿Por qué deben los padres hablar a sus hijos sobre Jehová?

5 Como se predijo, personas “de todos los lenguajes de las naciones” se están uniendo a la organización de Dios (Zac. 8:23). Pero el idioma puede ser una barrera que dificulte que los padres les enseñen la verdad a sus hijos. Ellos son los estudiantes más importantes que jamás tendrán, y su vida eterna depende de que lleguen a conocer a Jehová (Juan 17:3). Por eso, los padres deben aprovechar toda oportunidad para hablarles de las enseñanzas de Dios (lea Deuteronomio 6:6, 7).

6. ¿Cómo puede beneficiar a los hijos aprender el idioma de los padres? (Vea la foto del principio).

6 Es muy probable que los hijos aprendan el idioma local en la escuela y en su entorno, pero el idioma materno lo aprenden principalmente hablándolo con frecuencia con los padres. El que los hijos hablen el idioma de sus padres tiene ventajas. Además de facilitar conversaciones francas con ellos, ser bilingües estimula la mente y la capacidad de relacionarse con otros. También les ofrece oportunidades de ampliar su predicación. Carolina, hija de inmigrantes, dice: “Estar en una congregación de habla extranjera ha sido divertido. Y me encanta ayudar donde hay más necesidad”.

7. ¿Qué puede hacer si el idioma es una barrera en su familia?

7 Ahora bien, conforme asimilan la cultura y el idioma locales, algunos hijos de inmigrantes pierden el deseo e incluso la capacidad de comunicarse en el idioma de sus padres. Si a sus hijos les pasa esto, ¿pueden ustedes aprender algo del idioma del país? Les será mucho más fácil enseñarles los valores cristianos si comprenden lo que dicen sus hijos, con qué se divierten y sus tareas escolares, y si pueden comunicarse directamente con sus maestros. Es cierto que se necesita tiempo, esfuerzo y humildad para aprender un idioma. Pero ¿no es verdad que aprenderían lenguaje de señas si uno de sus hijos se quedara sordo? ¿No merece un esfuerzo parecido un hijo que habla un idioma distinto al de sus padres? a

8. ¿Cómo puede ayudar a sus hijos si no habla bien su idioma?

8 Seamos realistas: a algunos padres tal vez no les sea posible hablar con fluidez el nuevo idioma de sus hijos. La barrera que se levanta quizá les dificulte enseñarles “los santos escritos” (2 Tim. 3:15). Aunque eso ocurra, los padres pueden ayudarlos a conocer y amar a Jehová. Un anciano llamado Shan recuerda: “Mamá, que nos crió sola, no dominaba el idioma que entendíamos mejor mis hermanas y yo, y nosotros no hablábamos muy bien el suyo. Pero verla estudiar, orar y esforzarse todo lo posible para dirigir semanalmente la adoración en familia nos hizo comprender que era muy importante llegar a conocer a Jehová”.

9. ¿Cómo pueden ayudar los padres a los hijos que tengan que aprender de Jehová en dos idiomas?

9 Puede que algunos hijos tengan que aprender de Jehová en dos idiomas: el de la escuela y el de su casa. Para ello, algunos padres usan publicaciones, grabaciones y videos en ambos idiomas. Está claro que los padres inmigrantes deben dedicar más tiempo y tener más iniciativa a fin de ayudar a sus hijos a tener una estrecha amistad con Jehová.

A QUÉ CONGREGACIÓN ASISTIR

10. a) ¿Quién debe decidir a qué congregación asistir? b) ¿Qué debe hacer antes de tomar una decisión?

10 Cuando “los residentes forasteros” viven lejos de otros Testigos que hablan su idioma, necesitan relacionarse con una congregación donde se habla el idioma local (Sal. 146:9). Pero, si hay cerca una congregación donde se habla su idioma materno, la pregunta es cuál de las dos es mejor para la familia. El padre, como cabeza, debe tomar una decisión después de meditar, orar y consultar con su esposa e hijos (1 Cor. 11:3). ¿Qué factores y principios debe tener en cuenta? Analicemos algunos.

11, 12. a) ¿Cómo influye el idioma en lo que aprenden los niños en las reuniones? b) ¿Por qué no quieren aprender algunos niños el idioma de sus padres?

11 Los padres deben evaluar con realismo las necesidades de sus hijos. Por supuesto, estos necesitan más que las pocas horas de educación espiritual que reciben en las reuniones cada semana para entender bien la verdad, sin importar qué idioma hablen. Pero los padres deben tener en cuenta lo siguiente: cuando los niños asisten a las reuniones en el idioma que entienden mejor, pueden asimilar algo de la enseñanza simplemente estando presentes y hasta aprender más de lo que sus padres creen. No ocurre lo mismo si no entienden bien lo que se dice (lea 1 Corintios 14:9, 11). Y el idioma materno de un niño no siempre será el de su mente o el de su corazón. De hecho, algunos niños aprenden a hacer comentarios y asignaciones en el idioma de sus padres sin que las palabras les salgan en realidad del corazón.

12 Además, al corazón del niño no solo le influye el idioma. Así le ocurrió a Joshua, citado al principio. Esther, su hermana mayor, dice: “Para los niños, el idioma, la cultura y la religión de sus padres son inseparables”. Si un hijo no se identifica con la cultura de sus padres, es posible que no quiera aprender ni su idioma ni su fe. ¿Qué pueden hacer los padres?

13, 14. a) ¿Por qué se cambió de congregación una familia de inmigrantes? b) ¿Qué hizo el matrimonio para seguir fuerte espiritualmente?

13 Los padres cristianos anteponen el bienestar espiritual de sus hijos a las preferencias personales (1 Cor. 10:24). Samuel, el padre de Joshua y Esther, relata: “Mi esposa y yo nos fijamos en qué idioma se desarrollaban mejor espiritualmente nuestros hijos y le pedimos a Jehová sabiduría. La respuesta no fue la que más nos convenía a nosotros. Pero, cuando vimos que no sacaban mucho provecho de las reuniones en nuestro idioma, decidimos cambiar de congregación. Íbamos juntos a las reuniones y solíamos predicar con ellos. Además, invitábamos a los hermanos a comer y a ir de excursión. Todo esto contribuyó a que nuestros hijos conocieran mejor a los hermanos y vieran a Jehová no solo como su Dios, sino como su Padre y Amigo. Nos parecía que eso era mucho más importante que el que dominaran nuestro idioma”.

14 Samuel sigue diciendo: “Mi esposa y yo también íbamos a las reuniones en nuestro idioma para mantenernos fuertes espiritualmente. Teníamos muchas cosas que hacer y estábamos cansados. Pero Jehová bendijo nuestros esfuerzos y sacrificios, por lo que le damos las gracias. Nuestros tres hijos le sirven a tiempo completo”.

QUÉ PUEDEN HACER LOS HIJOS

15. ¿Por qué pensó Kristina que progresaría más en una congregación donde se hablaba el idioma del país?

15 Los hijos que ya son adultos tal vez se den cuenta de que servirían mejor a Jehová en una congregación donde se habla el idioma que ellos entienden mejor. Si eso ocurre, los padres no deben pensar que sus hijos los están rechazando a ellos. Kristina recuerda: “Entendía más o menos el idioma de mis padres, pero me costaba mucho comprender lo que se decía en las reuniones. A los 12 años, asistí a una asamblea en el idioma de la escuela. Por primera vez me di cuenta de que estaba escuchando la verdad. Otro momento decisivo fue cuando empecé a orar en el idioma que hablaba en la escuela. ¡Por fin me dirigía a Jehová desde el corazón!” (Hech. 2:11, 41). Cuando llegó a la edad adulta, habló del tema con sus padres y decidió irse a una congregación donde se hablaba el idioma del país. Recuerda: “Aprender de Jehová en el idioma de la escuela me motivó a actuar”. Poco después, era una feliz precursora regular.

16. ¿Por qué se alegra Nadia de haberse quedado en la congregación extranjera?

16 Joven, ¿preferirías estar en una congregación que habla el idioma del país? Si es así, pregúntate por qué. ¿Te ayudará el cambio a tener una amistad más estrecha con Jehová? (Sant. 4:8). ¿O quieres cambiarte porque esperas tener menos supervisión y esforzarte menos? Nadia, que sirve en Betel, dice: “Cuando mis hermanas, mi hermano y yo éramos adolescentes, quisimos cambiarnos a la congregación del idioma local”. Pero sus padres sabían que eso no sería lo mejor para su salud espiritual. Nadia reconoce: “Ahora les agradecemos que se esforzaran tanto por enseñarnos su idioma y que nos hicieran quedarnos en la congregación extranjera. Eso enriqueció nuestra vida y nos dio más oportunidades de ayudar a otras personas a conocer a Jehová”.

CÓMO PUEDEN AYUDAR LOS DEMÁS

17. a) ¿A quién ha encargado Jehová la educación de los hijos? b) ¿Cómo pueden recibir los padres ayuda para enseñar la verdad a sus hijos?

17 Jehová les ha dado a los padres, no a los abuelos ni a nadie más, el privilegio de enseñarles la verdad a sus hijos (lea Proverbios 1:8; 31:10, 27, 28). No obstante, es posible que los padres que no conocen el idioma del país necesiten ayuda para llegar al corazón de los niños. Buscar este tipo de ayuda no significa renunciar a su responsabilidad espiritual; al contrario, forma parte de su esfuerzo por criarlos “en la disciplina y regulación mental de Jehová” (Efes. 6:4). Por ejemplo, pueden pedirles a los ancianos que les den ideas para la adoración en familia y sugerencias sobre cómo encontrar buenas amistades para sus hijos.

Padres e hijos se benefician de pasar tiempo con los hermanos de la congregación. (Vea los párrafos 18 y 19).

18, 19. a) ¿De qué ayuda puede ser para los jóvenes relacionarse con hermanos espirituales? b) ¿Qué deben seguir haciendo los padres?

18 Por ejemplo, los padres pueden invitar de vez en cuando a otras familias a su adoración en familia. Además, muchos jóvenes progresan en el servicio a Dios gracias a la influencia de hermanos equilibrados y espirituales con los que, por ejemplo, salen a predicar y se divierten sanamente (Prov. 27:17). “Recuerdo bien a los hermanos que estuvieron muy pendientes de mí —recuerda Shan, citado antes—. Siempre que me ayudaban a preparar las asignaciones, aprendía más cosas. Y me encantaba lo que hacíamos en grupo para divertirnos”.

19 Desde luego, los hermanos a los que los padres pidan que ayuden a sus hijos siempre deben fomentar respeto a los padres hablando bien de ellos y no tratando de ocupar su lugar. Además, no deben hacer nada que alguien de dentro o de fuera de la congregación pueda malinterpretar o considerar moralmente cuestionable (1 Ped. 2:12). Los padres no deben encargarle la educación espiritual de sus hijos a nadie. Tienen que estar al tanto de la ayuda que otros hermanos les dan a sus hijos y seguir enseñándoles la verdad.

20. ¿Cómo pueden los padres ayudar a sus hijos a ser buenos siervos de Jehová?

20 Padres, pídanle ayuda a Jehová y esfuércense al máximo (lea 2 Crónicas 15:7). Antepongan la amistad de sus hijos con Jehová a sus propios intereses. Hagan todo lo posible por lograr que les llegue al corazón la Palabra de Dios. Nunca dejen de creer que un día serán buenos siervos de Jehová. Si sus hijos siguen su buen ejemplo y hacen lo que dice la Biblia, ustedes se sentirán como el apóstol Juan, que dijo sobre sus hijos espirituales: “No tengo mayor causa de sentir agradecimiento que estas cosas: que oiga yo que mis hijos siguen andando en la verdad” (3 Juan 4).

a Vea el artículo “Usted puede aprender otro idioma”, de ¡Despertad! de marzo de 2007, páginas 10 a 12.